El síndrome de Down no hace la diferencia

Cuando aprendemos a disfrutar la vida con lo que ésta nos trae aprendemos a conocer la realización, en los detalles.
Cuando José Samuel nació pensábamos más en lo que éste no podría hacer que en lo que si haría!!! y me declaro una madre más del montón que así lo hizo, quizás por desconocimiento, quizás por cultura, quizás por defensa, ¡pero lo hice!
Mi hijo es tan común que últimamente no tengo muchas cosas "extraordinarias" que escribir porque hace lo mismo
que hacen todos los niños, no lo veo distinto, se ha adaptado tanto al mundo que ya se hizo parte de lo común y se me pasan los meses en el ajetreo de profesional, madre y mujer que aveces se me olvida que tiene síndrome de Down.
José Samuel no requiere ningún tipo de medicamento, nunca ha estado en un hospital, no sufre afección cardíaca, ni ninguna enfermedad ligada al síndrome, él es un simple y sencillo niño, tan inquieto como sus compañeros, un niño tan igual que sostiene conversaciones, inventa juegos, va a sus prácticas de fútbol, y al play de la esquina a mecerse en las hamacas, como lo haría un niño de 6 años y 8 meses.
Aveces pienso que seguir escribiendo este blog es seguir narrando la vida de un niño común pero me detengo a pensar que es necesario porque otros padres como yo deben llegar al entendimiento de que aunque nuestros niños necesitan cuidados especiales, son sencillamente NIÑOS COMUNES.
He visto muchos padres luchado con niños sin discapacidad con serios trastornos, problemas de conducta y enfermedades y no por ello hacen un mundo de eso, así que porque nosotros debemos segregarlos y darles una vida distinta a la que no tienen porqué llevar?
Tener un niño o niña simplemente es un día a día, es pelear con adversidades, es luchar , es crecer , es llorar, es reir con sus logros y disfrutar sus éxitos, el síndrome de Down no tiene porque hacer la diferencia!